Deja de enredar
“Manuel, deja de enredar.”
Cuando me monto películas en la cabeza. Cuando empiezo veinte cosas y no termino ninguna. Cuando confundo productividad con moverme mucho sin avanzar.
Entonces paro. Me escucho. Y me lanzo esa frase como si me agarrara del cuello:
Deja de enredar. Ponte con lo que toca. Hazlo bien. Y punto.
Es lo que me salva del caos. Y es lo mismo que intento transmitir a mis alumnos, a mis jugadores, a mis hijos:
No necesitas más teoría. No necesitas otro libro. No necesitas otra herramienta.
Necesitas hacer.
Y hacer no es ir como pollo sin cabeza. Es parar, elegir, y actuar con sentido.
No te estoy soltando un discurso moralista. Solo comparto lo que yo uso. Y que, aunque no siempre funciona, a veces me salva.
“Manuel, deja de enredar.”
Funciona. No siempre. Pero más veces de las que me gustaría admitir.
P.D.: Si conoces a alguien que vive atrapado… mándale este texto. A veces, una frase directa vale más que cien consejos.